Cowboys & Indians presenta
una entrevista exclusiva al actor Russell Crowe en su rancho de Australia.

Por Eric O'Keefe


Los días se han convertido en semanas y la ironía de la 74 edición de los Oscars ha acabado por olvidarse. ¿Cómo es posible que el actor protagonista de la película que ganó el Oscar a la mejor película, al mejor director, a la mejor actriz secundaria, al mejor guión, no recibiera honores para el mejor actor? La respuesta se corresponde con la esencia de Russell Crowe. El extraordinario australiano ha pasado la mejor parte de la década pasada creando personajes icónicos: John Nash, Maximus, Jeffrey Wigand y Bud White, en lugar de centrarse en la propaganda de Hollywood. El legado resultante es un artista consumado, no el típico tipo de famoso que se convierte en una estrella por rutina.


Punto número 1: Las estrellas nunca aparecen a tiempo a las entrevistas. Eso sería algo meditado, considerado e indicativo de que existe un horario y, como todo el mundo sabe, es algo que alguien con talento no necesita soportar. ¿Crowe? Llega cinco minutos antes y preparado para empezar.

Punto número 2: Las estrellas requieren legiones de operarios que se ocupan de todo desde trabajos mundanos a grandes asuntos relacionados con la profesión. Crowe olvida esa pretensión, yendo tan lejos como para ocuparse de todo, desde ensillar su propio caballo a vetar posibles guiones. E insiste en llevar a cabo el trabajo que debería hacer su doble: como un pistolero en "Rápida y Mortal", como un patinador sobre hielo en "Mystery, Alaska" y como gladiador en algunos movimientos de "espada y sandalia" que proporcionaron la importante cantidad de 187 millones de dólares en la taquilla un par de años atrás.

Punto número 3: Visto con simpleza, todo eso tiene que ver con el comportamiento que tiene una estrella. Y es justamente el talón de Aquiles de Crowe. Si le preguntas por su interpretación en "A Beautiful Mind", te dirá que "el éxito de la película recae en Ron Howard como director. No tiene que ver conmigo realmente". Si hablas con él de su rancho en Australia, la conversación gira en torno a su capataz, Tom Payton. Si le pides que te diga cuál es su western favorito, ni siquiera hace amago de nombrar alguna de sus películas, sino que ¡no para de elogiar a John Wayne en "The Sons of Katie Elder y McLintock"! ¿Le dirá alguien a este tipo lo que significa ser vanidoso?

Comencemos con una escena de Gladiator. El personaje que interpreta Crowe, Maximus, está recibiendo una advertencia de Próximo, el ex-gladiador que se convirtió en empresario, interpretado con maestría por el fallecido Oliver Reed. Impresionado con la eficiencia casi quirúrgica de la habilidad con la espada de Maximus, Próximo siente que ese esclavo que lleva la marca de la legión puede revolucionar el Coliseo, ganar Roma y salvarlo de su aislamiento en "aldeas infestadas de pulgas" de las provincias romanas. Pero primero debe convencer a su gladiador para que disminuya la brutalidad y juegue para la audiencia un poco antes de dejarse llevar y decapitar a unos cuantos tipos. Su consejo: "Gánate a la gente y ganarás tu libertad" .

A pesar de que su personaje logró conseguir ese objetivo en "Gladiator", el auténtico Russell Crowe ha obtenido justamente lo contrario. Se ha ganado a la gente -tres nominaciones al Oscar consecutivas, un Oscar por "Gladiator" y una serie de películas que han generado cientos de millones de dólares en la taquilla lo demuestran- pero esto le ha asegurado la casi completa pérdida de su libertad personal. De manera análoga a Maximus Decimus Meridius, los talentos de Crowe le han convertido en un esclavo de los variados compromisos del mundo del cine. Es acosado por una interminable serie de premieres, conferencias de prensa y festivales de cine. A lo mejor, si se estableciera en EEUU o en Europa, su agenda no estaría tan apretada pero Crowe se ha comprometido a permanecer en Australia, especialmente cuando se encuentra en su rancho australiano que compró hace seis años.

La idea inicial de Crowe era pasar la mitad del año en Australia y la otra mitad rodando en distintas localizaciones del mundo. "El plan original era seis y seis" dice, antes de añadir. "Esto funcionó el primer par de años, pero no últimamente. No obstante, lo tomaré cuando me llegue, amigo."

El rancho está localizado al norte Sidney a lo largo de Coastal Flats de Nueva Gales del Sur. Crowe compró originalmente 100 acres y ha añadido desde entonces cientos de ellos para acomodar a su creciente explotación de ganado. "Yo no lo llamaría gran ganado del país" dice. "No son especies de suelo suave. Los británicos introdujeron un número de especies de césped en la zona, que han sido muy problemáticas."

El hecho de que el terreno fuera en tiempos un bosque tropical sólo significa un desafío más. Crowe dice: "Nos acosan muchos otros problemas a los que tenemos que enfrentarnos. Tenemos aquí dos de las serpientes más venenosas del mundo: la cascabel negra y la reina marrón. Tenemos todo tipo de arañas y también tenemos toda clase de síntomas, desde síntomas claros a otros de parálisis. Así que tienes que ser consciente de todas las cosas que pueden afectar el ganado siendo éste tan manso como es. Pero también disfruto con esta faceta del asunto.

Su ganado alcanza ahora casi los 450 miembros y habla de ellos con palabras suaves y maternales: "Es algo más que un simple hobby, no pretendo conseguir el máximo número de cabezas de ganado cada año. Simplemente disfruto entre ellos. Realmente me gusta el trabajo que supone atenderlo. Me gusta conocerlos, pasarles la mano por el lomo.

El público americano está acostumbrado a pensar en Crowe como uno de los suyos, pero en persona su acento australiano es tan fuerte como la Melbourne Bitter (su cerveza favorita). Él se muestra deseoso de hablar de su gente y de lo que la otra persona tiene que decir, y no tiene reparo alguno en halagar la manera de domar a los caballos que tiene Australia.

"Mientras que vosotros (los americanos) acorraláis al caballo, nosotros no" dice. "Nosotros solemos meterlos en el corral primero y trabajar con ellos de manera individual una vez que están en nuestro terreno. Yo tengo una manera particular de llamarlos y los jóvenes potros responden con facilidad a ella. Una de nuestras características en la granja es que cuando trabajamos en el terreno, lo hacemos a intervalos suaves. No se hace nada de modo extremo. Tratamos de no utilizar mucho el látigo. No queremos llenar de adrenalina al ganado. No somos partidarios de asustarlo o espantarlo. Lo que pretendemos es apoyarlo, cuidarlo y empujarlo con suavidad. Por eso conseguimos que vengan cuando les llamamos, porque no nos tienen miedo."

Una gran risotada es la respuesta inmediata a mi pregunta de cómo logra encajar la labor de mantener al ganado con su trabajo haciendo películas. "En este momento, mi capataz, Tom Payton, se está poniendo algo nervioso" dice. "Quiere deshacerse de un grupo de jóvenes novillos pero quiero verlos antes de que lo haga, así que tendrá que esperar hasta que regrese a casa. No quiero que mis bebés sean vendidos cuando no estoy allí. Quiero verlo y quiero estar de acuerdo en esas razones concretas para su venta. No sacamos adelante la granja basándonos en los criterios de alguien determinado, por lo que intentó llevarme bien y bromear con el resto de los compañeros porque no suelo manejar las cosas del modo en que ellos creen que deben hacerse."

Eso mismo ocurre con su nuevo caballo, o más concretamente, el nombre de su nuevo caballo. "Todo el mundo en el valle tiene un caballo que se llama "Relámpago" y "Tormenta". El nombre del mío es "Miel" dice con una carcajada. "Mide 14-3 pies de altura y viene del campo americano, de la casa de Marquis de Frost. Los caballos que teníamos en la granja eran básicamente de trabajo hasta que llegó ella, que es más parecida a lo que podría ser un "coche deportivo". Sí... ella parpadea de manera muy bella. Y además, sólo tienes que montarla y disfrutar del paseo."

Honey es más que una yegua para cuidar ganadores, una buena prueba de que Crowe sabe utilizar bien su soledad. "Escribir canciones es sólo una de las maneras de expresión creativa que tengo y es algo que suelo hacer montando a caballo también. Afortunadamente, tengo un caballo sordo", dice echándose a reír.

La habilidad de Crowe para escribir canciones y su carrera musical son un misterio para la mayoría. El nombre lírico de su banda, 30 Odd Foot of Grunts, ofrece la necesidad de una explicación también. Crowe dice: "Mucha gente simplemente no entiende por qué estoy en un grupo ocupando el primer lugar. Piensan que tiene algo que ver con el deseo de ser aún más famoso o que está provocado por el ego y en esos casos creo que es una buena idea que la gente me observe. Simplemente escribo canciones y llevo haciéndolo durante la mayor parte de mi vida. Mi primer disco salió en 1981 o por ahí y este grupo ha estado unido desde 1984."

Crowe y sus compañeros han creado juntos un documental sobre la banda,"Texas", para promocionar el disco." Es un documental muy honesto”, dice él, “no hay doblaje. Es crudo. Es probablemente uno de los peores vídeos domésticos si lo vemos desde ese punto de vista. Pero creo que muestra a la banda en su salsa. Eso sí, el hecho de que te parezca creíble o que la música te guste, no es nuestro problema. Pero pensé llegado el momento que era necesario hacer un documental desde le punto de vista de la banda para mostrar no sólo a los músicos, no sólo lo que se escondía detrás de determinadas canciones, sino también la profundidad de nuestro compañerismo. ¿Sabes?, cuando has tocado en un grupo, cuando has sentido el poder de la unidad, es cuando te sientes más cómodo con los demás y con el material, es algo realmente adictivo a lo que no voy ni puedo renunciar."

El nombre del documental nació de las correrías de Crowe por el estado de la Estrella Solitaria. "Mi primer contacto con Austin fue alrededor de 1997", recuerda. "Estuve en Dallas antes de aquello, por Deep Ellum, y después fui a Austin y estuve caminando por la calle solo porque todavía atravesaba un período de mi vida en el que dar un paseo no era un gran desafío para mí. Y me gustó la energía de la ciudad. Me gustó el hecho de que pudieras caminar calle abajo y ver 10 grupos de música diferentes en sólo media milla de recorrido. Así que archivé aquello en el fondo de mi memoria y cuando mi banda tuvo que pasar por allí cerca para grabar un nuevo disco, pensé que sería un buen lugar para hacerlo. Por eso acabamos allí en el 2000."

La afinidad que siente Crowe por Texas incluye algo más que música. "Tengo algunos buenos amigos allí abajo, y el primer lugar al que fui a tomar una cerveza (en Austin) fue el bar Stubb´s con un director de cine llamado Robert Rodríguez ("El mariachi", "Spy Kids", "Spy Kids 2"). Me llevó a ver la zona, nos sentamos en la terraza de fuera y pedí tres platos del menú. Él dijo entonces: "Mira, ya sé que eres australiano y todo eso, pero no serás capaz de comerte todo eso". Y yo comenté: "Bueno, ya lo veremos". El director estaba en lo cierto.

La banda desarrolló tal anhelo por los sandwiches de ternera troceada del Stubb´s que cuando terminaba su gira el año pasado llamaron para pedir comida durante su espera en el aeropuerto de Austin. "Yo dije: llamad al Stubb´s y mirad si pueden traer algo de barbacoa al avión. La gente se rió pero ellos llevaron al avión barbacoa para 25. ¡Fue magnífico!"

El hecho de que sea uno de los actores más conocidos del mundo, hace que entres en estado de shock cuando descubres que Crowe no tenía entonces intención alguna de llevar una carrera así. "Nunca encontré al cine realmente, fue el cine el que me encontró a mí de la más extraña de las maneras" dice él. "Era algo que quería hacer y era lo que más me apasionaba. Pero nunca me lo planteé y no lo perseguí activamente. No pensé que alguien me tomaría en serio alguna vez. Parecía algo muy distante."

A pesar de estas aventuras, Crowe ha estado trabajando casi sin parar desde que hizo su primera aparición en la película australiana "The Crossing" (1990). "Las ofertas de trabajo desde el primer momento en que tuve un papel protagonista han sido continuas y desbordantes, tanto que no puedo hacer tantas cosas en un año” dice. Además de sus sólidas interpretaciones, su éxito se basa en los guiones que escoge. Crowe condiciona sus películas y basa sus elecciones en un estudio minucioso. "Siempre tomo la decisión de la misma manera" dice. "Si tengo una reacción física cuando leo un guión, determina que va a ser eso lo que voy a hacer. Lo llamo el factor "pelos de punta".

También aplica una gran preparación al personaje. "Tomo una actitud de recibir clases hacia mi trabajo. No creo que pueda asumir alguna vez que alguien obtenga el éxito simplemente porque ha aparecido. Creo que lo que hace que esto sea especial es el esfuerzo que pones en ello. Las cosas que aprendes se transfieren y salen en determinados momentos de gracia del personaje. Las películas son un medio de comunicación muy artificioso y si no estás centrado en ello realmente, puede escaparse de tus manos. Pero esos detalles de gracia -ese pequeño movimiento del ojo en el momento justo de la historia de una película- puede sustituir a cuatro páginas de diálogo."

Ya sea jugando con su rostro en "A Beautiful Mind" mientras habla con un compañero de Princeton o restregando la arena entre sus dedos mientras se prepara para la batalla en "Gladiator", esas notas de gracia emergen en cada aspecto de la obra de Crowe, ganadora de Oscar. Las notas de gracia que no se ven -aquellas que Crowe guarda para sí mismo- son las que se comparten poco, momentos privados que consigue disfrutar esporádicamente en la actualidad cuando regresa a su hogar en el rancho.

 

 

 

 

 

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